top of page

Hora de volver a casa


Estimados Feligreses y Amigos de San Pedro:

Ya a la esquina del otoño de lo que ha sido un año increíble, o inimaginable, oro para que usted y su familia estén sanos, de buen humor y, sobre todo, creciendo en la fe.

A pesar del relativo aislamiento que hemos soportado desde marzo, parece que el ritmo de vida, o al menos nuestra percepción de él, ha cambiado muy poco.

Al comenzar la pandemia y afianzarse en todo el mundo, tenía una sincera esperanza de que un "monasticismo impuesto", fuera al menos positivo siendo un breve período fuera de las distracciones de la vida normal, pensando en las palabras de Blaise Pascual, teólogo católico del siglo XVII que dijo:

“Todos los problemas de la humanidad provienen de la incapacidad del hombre

de sentarse tranquilamente en una habitación solo”.

Pero la pandemia fue solo el comienzo. El demonio sigue encontrando cada vez más oportunidades para desviar nuestra atención de Cristo, fracturar nuestros pensamientos y robar nuestro gozo.

Esa quietud que esperé que encontráramos ha resultado más ilusoria de lo que creo nos pudimos haber imaginado. La cancelación de las Santa Misas públicas hizo que fuera difícil recordar lo crucial que es regresar con frecuencia a la presencia física de Nuestro Señor y recibirlo en la Eucaristía, no solo por nuestra salud espiritual, sino para reponer la sensación de paz que viene al poner nuestros pies firmemente sobre el fundamento de su amor y misericordia eternos e inmutables.

Por eso le escribo hoy, para recordarles que su Basílica de San Pedro está abierta de par en par y que es hora de volver a casa.

Muchos han regresado con gran alegría a la belleza de la Santa Misa y a la fuente vivificante y cumbre de nuestra fe: La Eucaristía. Cada semana, la asistencia a la Santa Misa aumenta y la semana pasada se desbordó en salón Neglia Hall en cada Santa Misa.

Es más, vemos muchas caras nuevas y damos la bienvenida a nuevas familias cada semana que buscan lo mismo: la bienvenida de nuestra comunidad, la belleza de nuestra Basílica recientemente renovada y la gracia de los sacramentos.

Algunos continúan alejados por preocupación de su salud y la de los demás, pero anhelan regresar lo antes posible. Sin embargo, me temo que algunos simplemente han dejado de asistir a la Santa Misa.

En tiempos como ahora, cuando parece que no hay escapatoria del frenesí y el miedo que impregnan las grietas y hendiduras de nuestra vida diaria, es en la presencia de Cristo y en Su Iglesia, y quizás en ningún otro lugar, que se encuentra un breve respiro. No podemos ceder a la complacencia y el olvido y debemos mantener nuestro verdadero objetivo, lograr la santidad, al frente de nuestras mentes.

Y por eso digo de nuevo: es hora de volver a casa y volver a la Santa Misa. Espero volver a verte pronto.

En Cristo,

Fr. Linsky

Recent Posts
Archive
Search By Tags
No tags yet.
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page